La enseñanza y la
cohesión social, en Extremadura.
Lorenzo J. Blanco Nieto.
Catedrático (Jubilado) de Didáctica de la Matemática de la Universidad de Extremadura.
La cohesión regional como instrumento
de desarrollo económico y social de Extremadura ha sido el tema de debate en
las jornadas del Club Senior en Guadalupe (HOY, 05/06/2022), a la que se me
invitó para participar en la mesa de educación.
Comencé mi
intervención con dos preguntas: ¿cuál sería el perfil deseado de los
egresados extremeños, de cualquier nivel educativo, para que favorezcan o se
impliquen en la cohesión regional? y ¿qué se puede hacer desde el
sistema educativo en Extremadura al respecto?
Obviamente, hablé de la importancia
del currículo y del proceso de enseñanza y aprendizaje, para lograr que los
estudiantes, en todos los niveles, consideren entre sus anhelos contribuir al
desarrollo y la cohesión de Extremadura. Las nuevas orientaciones curriculares están,
a pesar de la propaganda, cercanas a lo que se habla en numerosas ocasiones
sobre emprendimiento, compromiso y sobre la capacidad para afrontar situaciones
e imaginar soluciones creativas y deseos de participar en el medio cercano.
Creo que es una buena oportunidad para modificar un sistema de
enseñanza/aprendizaje, en general, muy conservador en la región, por otro más motivador,
dinámico y eficaz. A modo de ejemplo, se insiste en la importancia de la adquisición
de contenidos (conceptuales, procedimentales o destrezas y actitudinales),
ligando su aprendizaje a la capacidad para describir, comprender y tomar
decisiones fundamentadas sobre diferentes situaciones de nuestro entorno,
inmediato o lejano y a corto, medio o a largo plazo. Y refiere expresamente los
ámbitos: personal, humanístico, cultural y artístico, socioeconómico,
científico y tecnológico.
Debemos aspirar a lograr una
generación de extremeños que contribuyan al desarrollo regional de manera
consciente y rigurosa, con conocimiento general y específico, motivados, …
porque sería la manera de garantizar un buen futuro para nuestra tierra. Ello
implica fomentar la creatividad y la curiosidad, el esfuerzo individual y la
colaboración, la participación activa, crítica y responsable en el entorno
inmediato, la investigación e innovación como una actitud y hábito ante las
tareas, etc., dotando a los estudiantes de las herramientas básicas personales,
sociales y profesionales, según los niveles, para su desarrollo personal o en
sociedad.
Todo ello se adquiere a partir de la
experiencia y reflexión en el progreso de las actividades que se programen y desarrollen,
generando conocimiento y metaconocimiento en los estudiantes.
Para conocer y participar en el
desarrollo de la región es necesario la interacción con la realidad y con
quienes participan en ella. Ello implica realizar nuevas propuestas para la enseñanza
reglada, tanto para las actividades de aula, y potenciar actividades complementarias,
como la Semana de Extremadura en la Escuela o los paseos didácticos. Al mismo
tiempo, habría que diseñar un programa regional para potenciar la enseñanza
no reglada, aquella que se desarrolla fuera del aula, y que relaciona a los
estudiantes con la realidad de la región a través del contacto con
instituciones y asociaciones, públicas y privadas, independientemente de que estas
pertenezcan o no al mundo educativo. Muchos escolares y universitarios terminan
su periodo de formación sin haber visitado los museos o centros de interés
(económicos, culturales, …) de su ciudad o comarca y, en muchos casos, ignorando
su existencia. La formación de los estudiantes tiene que ir más allá de la
adquisición del conocimiento formal de las materias curriculares, para
trascender a una actitud personal y social que ponga en valor sus conocimientos
en relación con la sociedad que le toque vivir.
El contexto extremeño permite diseñar
actividades que sugieren salir del marco del centro educativo para fomentar otras
acciones educativas y complementarias en relación con la realidad social,
económica y cultural que favorecen, más claramente, la integración y
transversalidad del conocimiento. Si queremos cohesionar y participar en el
desarrollo regional lógicamente debemos conocer Extremadura y, si es posible,
emocionarnos con su enseñanza y aprendizaje. En la región hay experiencias
específicas de ello que se toman como modelo en otras comunidades.
Esta relación con el entorno social,
cultural, económico, … es, además, una consideración básica de las teorías del
aprendizaje que sugieren contextualizar las tareas escolares en situaciones
reales del entorno inmediato, en escenarios de aprendizaje motivadores y relevantes
para el aprendiz, para dar significado a todos los conocimientos. Esto favorecer
el `aprender a aprender´, para poder movilizar los contenidos en situaciones
futuras con ciertas garantías, sabiendo que estamos en una sociedad compleja y
cambiante, de la que estos egresados serán responsables dentro de 10, 30 o quizá,
50 años.
Obviamente, todo lo anterior se
realizaría con la implicación directa y la necesaria colaboración entre de la
Junta de Extremadura y la Universidad de Extremadura, a través de los centros
de formación, inicial y permanente de profesores, si queremos garantizar cierta
continuidad y, necesariamente, en relación directa con los profesores que
serían los verdaderos agentes de este cambio. Es verdad que en los centros de
formación inicial hay un tímido intento de cambio, pero la política de formación
permanente del profesorado en la región es manifiestamente mejorable. Por ello,
insisto que esta nueva propuesta ministerial nos marca un camino interesante a
seguir en Extremadura.
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