Jugando con los números de las matrículas.
Mirar la ciudad con ojos matemáticos nos permite encontrar
situaciones que sugerirán actividades recreativas de matemáticas. Así, son
numerosas las evidencias para mirar y anotar los números que vamos
encontrándonos. La numeración de los portales, fechas del nacimiento y
fallecimiento en los titulares de las calles, las matrículas de los coches, el
número de los autobuses, etc. pueden convertirse en datos para numerosos
problemas aritméticos y algebraicos. De esta manera, podremos profundizar sobre
el conocimiento de los números y comprobar que tienen diferentes usos. Así, los
utilizamos para medir, para ordenar y para codificar.
A modo de ejemplo, las matrículas de los coches proporcionan datos
numéricos que nos permiten proponer diferentes actividades en relación a los
números: ¿Quién encuentra la matrícula con el número mayor? ¿Quién ve la
matrícula cuya suma de los cuatro números de mayor resultado?
O podemos utilizar la
multiplicación de los cuatro números de las matrículas de diferentes maneras para
ver cuál sería el mayor resultado que pudiéramos obtener.
Imaginemos, por ejemplo, que vemos la matrícula 9740 HJK ¿cuánto
es el producto de sus cifras? Aparentemente, es una tarea muy fácil porque la
existencia del cero hace que la multiplicación de las cuatro cifras sea cero (9
x 7 x 4 x 0 = 0).
Así, 97 por 40 (97 x 40 = 3.880).
También, 9 por 740 (9 x 740 = 6.660), con el que obtenemos un resultado mayor.
Es evidente que las reglas o condiciones de estas tareas deben
favorecer la participación e imaginación de los resolutores y no tanto la
obtención de un resultado concreto.
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