A veces, por la incapacidad de analizar la información damos pábulo a algunas mentiras numéricas, sobre todo si con eso reafirmamos nuestras convicciones. Por ello, me he acordado de este cuento matemático muy popular en su momento.
“Hace poco tiempo Abel, le dijo a su
madre que no tenía tiempo para ir al colegio. Resulta que duermo ocho horas
diarias que, a lo largo de los 365 días, equivalen a 122
días en un año. Los sábados y los domingos suman unos
104 días por año. Necesito tres horas diarias para comer (desayuno, comida
y cena), que son más de 45 días al año. Además, hay que contar unos 60
días de vacaciones de verano y, al menos dos horas diarias de tiempo
libre, que suman más de 30 días al año. Que tampoco es mucho.”
Abel ordenó las cantidades y sumó:
Dormir 8 horas diarias: 122 días.
Sábados y domingos: 104 días.
Comidas (3 horas
diarias): 45
días.
Vacaciones de verano: 60 días.
Tiempo libre (2 horas
diarias): 30 días
TOTAL. . . . . . . . . . . . .
. 361 días
Ves mamá que solo tengo cuatro
días para ir al colegio. Y eso que no he hablado de los días de feria que
tenemos cada año, la Navidad, Semana Santa, Carnavales, etc.
Abel se quedó
satisfecho. Helia y Adrián están pensando si tendría razón, para apoyarlo.”
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